Discernimiento
Estimados estudiantes de la Vida :
Vais por caminos sinuosos, donde a cada paso un nuevo desafío se os
presenta. Lo que llamáis “problemas”, son en el fondo “aprendizajes”, pero para
que veáis los problemas como aprendizajes debéis estar abiertos, receptivos y
alertas. La gran masa humana aún no ve la vida como APRENDIZAJE, sino como
problemas y dolor constante, y sin cuestionamiento o reflexión; pero vosotros
que sois estudiantes de la vida, sabéis que toda vuestra vida es un sendero de aprendizaje,
y que el más preciado fruto de las lecciones de vida es la COMPRENSIÓN. Con
este concepto básico ya incorporado íntimamente como conciencia ya no podréis
volver al camino de la ignorancia y del padecimiento inconsciente del
sufrimiento. Al convertiros en “estudiantes”, vuestra actitud frente a
cualquier problema que se presenta en la vida es diferente. Ya no tomáis las
cosas con atropello y preocupación alterada, sino con una actitud más
receptiva, atenta y reflexiva, porque siempre estáis viendo cuál puede ser la
lección detrás de los acontecimientos. Esta óptica, esta actitud, os ha
cambiado, y ya no podréis volver al camino inconsciente donde el alma aprende
por golpes y dolor constante; ya estáis preparados para ver y crecer a
consciencia y en ese camino vuestras almas profundizarán en el Sendero que al
Espíritu Uno conduce.
El Sendero es evolución consciente como se explicó, y determina desafíos que
superar, pruebas y obstáculos que sortear, es por ello que ciertas herramientas
os serán irremediablemente necesarias. Estamos hablando del “DISCERNIMIENTO”,
en primer lugar.
Ningún verdadero estudiante puede ir más allá ni avanzar en el Sendero interior sin
el empleo del discernimiento; pero es necesario tener muy en claro qué es el
discernimiento en el camino espiritual, porque si no se entiende bien su
significado, podréis pensar que lo estáis empleando y no ser así en realidad.
Clarificar pues ‘el concepto’, es lo primero y principal.
El discernimiento comienza con una actitud de
observación. Esto es lo primero; y sigue con la penetración de la conciencia en
aquello que se quiere ver y dilucidar. Por ejemplo: cuando se os presentan dos posibles caminos a recorrer y
debéis elegir cuál tomar, el discernimiento debe ser necesariamente empleado
para no caer en errores y lamentaciones posteriores. Discernir en ese caso será
ver las características de ambos caminos, a dónde conducen, y observar también
qué dice vuestro corazón, vuestro sentir, al respecto. Pondréis en la “lupa” de
la profunda observación también a vuestro “sentir”, para saber de dónde y por
qué podréis estar sintiendo de esa manera, porque no todo lo que es sentir es
puro y verdadero, como vemos que muchos
estudiantes malinterpretan.
Tomaréis un tiempo para sopesar en vuestro
interior cada cosa y veréis cuál de los dos caminos es el más verdadero y cuál
el más ilusorio; porque el discernimiento es sopesar en el interior de la
conciencia entre lo verdadero y lo falso, entre lo más auténtico y esencial
para la evolución, y lo que es proyección, ilusión y deseo pasajero.
Por lo tanto, discernir, desde el punto de
vista de la conciencia que está evolucionando, es el movimiento energético
interno que agudiza la visión y ayuda a VER el camino correcto, el del mayor
bien para el alma. Desde
esta óptica, discernir, no es solo comparar entre diferentes cosas según lo
conveniente al deseo personal…, sino algo muy diferente, ya que toma en cuenta
como primera medida al alma, y no tan solo a
los provisorios deseos y tendencias de la personalidad humana. Por lo
tanto, discernir puede entenderse como ahondar en la real necesidad del alma, y
desde esa visión, decidir.
Esto estará claro para los estudiantes ya
entrados en el Sendero espiritual, pero es un tema dificultoso para quienes
apenas están saliendo de una vida confusa, arrastrada de un lado a otro por las
corrientes de los deseos, condicionamientos y hábitos. Discernir es saber
detener esas mareas astrales y psíquicas y caminar en el rumbo elegido
conscientemente.
Con el discernimiento la ceguera que acosaba
al peregrino se va diluyendo, apareciendo a cambio la luz de la conciencia, que
será sus nuevos ojos. Ya las formas materiales y sus sugestiones y apetitos no
pueden confundir al estudiante: porque sus ojos internos, los de la Conciencia profunda, lo
van guiando al Sendero, aunque al principio solo a tientas pueda caminar, con
dificultad. Sin embargo, aunque su avance a tientas en la penumbra sea aún
lento y lleno de obstáculos, aún así, ya su rumbo está firme y claro. Solo le
bastará profundizar más y más en su alma, empleando el discernimiento como
“pico escavador”.
Con el empleo incansable de esta herramienta
interior el estudiante terminará al fin de crear el “PUENTE” entre la mente
inferior y la mente superior en la región álmica, desde donde fluirá ya sin
mayores trabas el manantial de la vida
del alma espiritual. Ahondando así, y aún más en este proceso, nuevas
energías del alma, búdicas (intuitivas), comenzarán a fluir por el puente ya
establecido entre “lo superior” y “lo inferior”, y el peregrino se irá
transformando en un ser receptivo a los impulsos del alma y a los propósitos de
la Vida ;
descubrirá así su función más claramente dentro del orden de la vida evolutiva,
y hallará una Paz y Alegría que aún no conoció; paz y alegría no relacionadas
con algo material, sino con su auténtico Ser.
Este ha sido un breve relato del camino del
estudiante de la Vida ,
desde el comienzo de la vida consciente, pasando por los procesos de desafíos
que el Sendero depara, hasta el encuentro real con la vida del Alma y su
afluencia hacia “abajo”, a través del antakarana (puente) y expresándose
entonces como servicio.
Que la
Paz de esta comprensión fructifique en cada peregrino.
En Luz y Paz,
Fuente Solar.
05-11-12.- 10 hs.
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